Mucho se habla de la importancia de la movilidad del tobillo en deportes como el running o el crossfit entre otros. Evidentemente mantener unos rangos óptimos en esta articulación es importante, es nuestra conexión con el suelo, nos estabiliza, nos impulsa o nos desplaza. Pero en nuestras rutinas de movilidad muchas veces nos olvidamos de los dedos y de cómo un déficit de movilidad en estos puede bloquearnos la dorsiflexión del tobillo.
Por eso aprovechamos este post para animarte a incluir algunos ejercicios en tus rutinas de movilidad.
Un ejemplo de secuencia podría ser el siguiente:
- Liberación de fascia plantar y musculatura flexora. Podemos utilizar una pelota de lacrosse, un rodillo o un tronco, y deslizarla por toda la planta del pie, en carga. Tu regulas la presión que puedes ejercer según tu tolerancia.
- Movilidad global del tobillo. Movilizamos en todo su rango de forma lenta, tomando conciencia del movimiento: hacia delante, detrás, izda, derecha, circulos completos…
- Trabajo específico de la movilidad de los dedos (trabajo dinámico o estático pero siempre de forma progresiva): un ejemplo puede ser partir de la posición de pedida, con una rodilla al suelo, pasar a la posición de pie, extendiendo la pierna que queda atrás.
- Activación de la musculatura extensora de los dedos: llevar el pulgar hacia arriba manteniendo los 4 últimos dedos apoyados en el suelo y viceversa.
- Trabajo específico de dorsiflexión haciendo incapié en la activación de la musculatura agonista (siente como tus dedos se quieren ir al techo y como tu talón se quiere hundir en el suelo). Podemos utilizar un plano inclinado.
¿Y tú? ¿Le das la importancia que tiene al trabajo de movilidad en tus entrenamientos?